La Madonnina es la imagen de la virgen que corona el Duomo de Milán. La altura de la catedral es de 108,5 metros, y la de la Madonnina de unos cuatro metros. Durante muchos años, hubo en Milán un secreto bien guardado: en el techo del rascacielos Pirelli, obra de Gio Ponti, hay una segunda Madonnina, una réplica de la original de 85 cm de altura. ¿Qué hace ahí esa imagen?
La razon hay que buscarla en la altura del edificio Pirelli, de 127,10 metros, que sobrepasa ampliamante la de la catedral, por lo que los milaneses lo bautizaron popularmente como Il Pirellone. En la época fascista, una curiosa disposición impuesta por el propio Mussolini, probablemente para complacer a la iglesia, impedía la construcción de edificios que superaran la altura de la Madonnina del Duomo. El Pirelli se construyó entre 1956 y 1960, cuando hacía ya más de veinte años de la caída del fascismo, pero hasta ese momento no se había construído en Milan ningún edificio más alto que la Madonnina. Así que, por consejo del cardenal Montini, y sin darle publicidad, se colocó en la cubierta del Pirelli la reproducción de la imagen de la virgen, de modo que la Madonnina siguiese dominando la ciudad.
En la foto, probando que esta historia no es una leyenda urbana, de izquierda a derecha, Gonzalo Almazán, Luís Perdigón, Luís Armiño y Javier Pérez Igualada, posando en la cubierta del Pirellone al lado de la réplica de la Madonnina, hace ya unos cuantos años.